A través del método Kassing conseguimos ofrecer el biberón de manera fisiológica y respetuosa.
Además, poniéndolo en práctica minimizaremos las posibilidades de que la alternancia entre pecho y tetina genere confusiones.
La idea esencial es mantener el biberón en la posición más horizontal posible.
Con el bebé sentado, estimularemos su reflejo de búsqueda, acariciando su nariz, sus mejillas y sus labios con la tetina. Cuando abra bien la boquita, introduciremos la tetina y observaremos cómo succiona; tratando siempre de mantener el biberón en posición horizontal.
El método Kassing también puede ser beneficioso para los niños que sufren de reflujo gastroesofágico, ya que favorece una forma más fisiológica de succión y alimentación.
Al mantener el biberón en una posición lo más horizontal posible, se reduce la cantidad de leche que fluye hacia el estómago del bebé. Esto minimiza la cantidad de leche que puede retroceder hacia el esófago, lo que ayuda a disminuir los episodios de reflujo.
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